Derribando infamias ...el olvido es una rama transversa.
Subscribe Twitter Facebook

martes, 2 de marzo de 2010

Una Temporada en el Infierno


He pensado en comprarme zapatos aeronáuticos, con alguna plataforma que aisle el calor y mantenga mis pies hidratados. Por estos días las cremas estan carísimas, los callos en las plantas y la resequedad en los talones constituyen la principal causa de muerte en el país. Según los noticieros miles de personas caén heridas por lesiones graves, escoriasiones y quemaduras de primer grado en rodillas y tobillos. A mi me pasa algo como extraño, cada vez que camino al medio día por las calles del trabajo a mi casa. Veo el cielo encapotado, de un gris triste y terriblemente ceniciento, de pronto como oleadas de aire embotellado llega hasta mí el tufo a humedad, a tierra mojada, a lluvia. Pero en cada pisada siento la calentura del piso, tan igual de gris y moribundo que el cielo. Camino rápido, siento que se me empiezan a dormir las plantas de los pies. En las televisoras y radios varios expertos aseguran que la terrible ola de calor que nos azota, se debe a los cambios atmosféricos causados por un fenómeno meteorológico. A mi lado la llama del incendio casi llega a tocar la cola del gato que camina haciendo piruetas por el borde de la pared del estacionamiento. Siento un calor humedo que me adormece y poco a poco como en trance comienzo a subir las escaleras de los siete pisos que dan al apartamento. Una vez dentró tengo la sensación de haberme convertido en un trozo de carne al horno. Corró al baño. No hay agua. Prendo el ventilador, las aspas dejan escapar rafagas calientes que levemente mueven las sabanas de la cama. Duermo, en cada capítulo de mis pesadillas olas gigantes inundan ciudades, las escaleras de viejos edificios caén al abrirse la tierra en grandes capas, por cuyas hendijas se observan ríos de lava volcánica, y las risotadas del azúfre van nutriendo los tuetanos de la tierra. Me volteó, la almohada humeda por el sudor se resbala hasta el suelo y la punta de un libro va dejando en mi cara cicatrices lineales. Tomo el libro entre mis manos y antes de colocarlo al lado de la mesa de noche leo el título: "La divina Comedia". Creo que quizás a Dante no le hubiese gustado pasar ninguna temporada en este pequeño infierno. No se si se está mejor adentro o afuera, pienso. Recojo la almohada y me vuelvo a dormir.
 
Powered by Blogger