Derribando infamias ...el olvido es una rama transversa.
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miércoles, 26 de agosto de 2009

PERSÉIDA

Por sortilegio. Nuestra buena estrella (Agosto 26/2009. No dejes nunca de desear)
Aquella noche los tres hombres vieron como desde el cielo una bola luminosa cruzaba afanosamente el firmamento, irrumpiendo la tanda de noticias y chismes cotidianos. Luego las diatribas de unos y otros: -Esa cosa era un cometa. –No, era una estrella fugaz. -Esa vaina era una simple avioneta cayendo a pique. -Coño, decía el hombre que desde la camioneta despachaba el pan a una señora, ustedes mañana verán la noticia en primera plana: “Avioneta siniestrada a la altura de los plátanos con 5 pasajeros a bordo, venia de los Roques. Aún no se han encontrado sobrevivientes”. –Que va- decía el amigo que había subido a comprarle pan a su compadre. Esa era una estrella fugaz común y corriente, yo ya estoy acostumbrado a verlas, nada mágico y mucho menos trágico compa. -Que capacidad de análisis la de ustedes. Continuaba el otro que ayudaba de tanto en tanto a despachar. Ese es un meteorito, quien sabe a donde fue a parar, si cayó en la tierra hay que prepararse para tormentas y terremotos en los próximos días. Y si cayó en el mar, cosa terrible en estos días de vacaciones, es muy probable que se desate una desgracia mayor. Compañeros acuérdense de Indonesia, cuando el mar se trago a Sri Lanka entera. Enfrascados en discusiones, hipótesis alucinantes y viejos temores bíblicos los tres amigos hablaban y hablaban sin parar. Por encima de ellos el cielo tomado por cientos de estrellas razantes, aquella noche de agosto y acompañadas por una finísima armonía a lo Vangelis, paralizaban la calle entera. En el mar una Perséida, la última en caer, manchaba con escarcha lunar la punta de una ola que poco a poco y una vez en la orilla, desaparecería tragada por la boca de algún cangrejo. Como si la muerte fuese la vieja escama de otra orbe.
 
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